Cuesta creer que estemos en un mes de agosto sevillano.
Sí, me recuerda a París. Esa ciudad es así de especial y cautivadora. Echo de menos levantarme por las mañanas a las 7, abrir la ventana de mi habitación, dar los buenos días a la torre Eiffel, ponerme la sudadera y bajar calentita a desayunar.
Creo que todos los que vinieron conmigo a París están viviendo esta mañana nublada con la misma nostalgia que yo.
Os quiero y os echo de menos.
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